Hay muchos que piensan que una enfermedad autoinmune solo tiene un mecanismo de tratamiento y éste se basa en el uso de corticoides o tratamientos supresores de síntomas. Esto no necesariamente tiene que darse.  La pregunta no debe ser: ¿Cómo evito el daño que la enfermedad genera? sino ¿qué causa que la enfermedad se presente?

Algunos factores inciden en nuestra salud, la genética es uno de ellos, pero no es definitivamente determinante. Hay áreas sobre las cuales tenemos pleno control:  nuestra alimentación, hábitos de vida, enfoque mental y espiritual, alergias, sensibilidades alimenticias, sustancias tóxicas, estrés, infecciones ocultas, intestino poroso, entre otros.

Resulta complejo esperar una salud vibrante cuando alguien se alimenta con comida chatarra a lo largo de sus días. Si usted consume a diario los mismos alimentos, irremediablemente tendrá desbalances nutricionales.

Si usted Ingiere bebidas alcohólicas en exceso o si fuma su cuerpo está sufriendo un constante ataque a su integridad.  Los ingenieros agrónomos y las personas que trabajan en la agricultura se ven expuestos a grandes cantidades de matamalezas.  Los pintores, quienes trabajan en metalurgia o en soldadura, los que trabajan en joyería, aquellos que trabajan con fotocopiadoras de forma regular, etc.  Las personas infestadas por parásitos o con flora intestinal desbalanceada, aquellos que sufren de estrés o tienen un fondo depresivo.  Todos son propensos a enfermedades autoinmunes.

Actuemos sobre las áreas en que podemos decidir y no culpemos simplemente a la mala suerte o a los malos genes.