La importancia de crear equipos felices y consolidados.
¿Has escuchado hablar sobre el “Quiet quitting”, o renuncia silenciosa? Lamentablemente esta práctica se ha vuelto tendencia y preocupa a las empresas. Pero, ¿sabes realmente de qué se trata? o más importante aún, ¿cómo evitarla?
Consiste básicamente en que los colaboradores hacen “lo estrictamente necesario” en su trabajo, sin esfuerzos extras que den un impulso a su productividad diaria.
Por el contrario, se enfocan solo en cumplir con sus tareas dentro de los parámetros que su contrato indica, sin dar el 110%, ni la popular “milla extra”. De esta forma, trabajan centrándose simplemente en “cumplir”. Esto hace que trabajen cada vez más desconectados del resto del equipo, hasta que eventualmente renuncian. ¿Te suena conocido?
Hoy las personas ya no aspiran a trabajar para siempre en una empresa, valoran cada vez más el equilibrio entre la vida laboral, la familiar, sus hobbies y pasatiempos; necesitan sentirse valorados y no están dispuestos a ir “más allá”, sin que eso les sea retribuido.
Pese a que muchos hablan de una generación “floja”, lo cierto es que el trasfondo de esta situación desafía a las empresas a entender que los factores de motivación y retención hoy cambiaron, y son ellas las que deben adaptarse a las necesidades de los profesionales. Aquellas que lo logren, contarán con una ventaja real al momento de atraer, y más importante aún, de retener el talento.